LUNES SANTO

El libro bíblico del Éxodo nos relata cómo Moisés intenta convencer al Faraón para que deje marchar al pueblo de Israel rumbo a la Tierra Prometida por Dios. Después de nueve plagas que asolan a Egipto, el corazón del rey seguía endurecido y negado. Y Dios envía la terrible décima plaga. Moisés manda a los israelitas prepararse para salir. Deberán reunirse por familias, preparar un cordero para cenar, rociarán con la sangre del animal las dos jambas y el dintel de la casa donde lo coman. Lo comerán así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano y a toda prisa  “porque es la Pascua, el Paso del Señor”. Aquella oscura noche pasó el Ángel exterminador por Egipto matando a todo primogénito. Cuando veía una puerta pintada con la sangre del Cordero pasaba de largo. Y el texto bíblico prosigue: “Aquella noche se levantó el faraón, sus servidores y todos los egipcios, y se oyó un clamor inmenso en todo Egipto, pues no había casa en que no hubiera un muerto. El faraón llamó a Moisés y Aarón de noche y les dijo: «Levantaos, salid de en medio de mi pueblo, vosotros con todos los hijos de Israel”.He aquí la historia de 10 epidemias que asolan un gran imperio que se creía invencible. Y de un gobernante y un pueblo que no supo entender a la primera, ni a la segunda, ni a la novena. Tuvieron que ver entrar la muerte en sus casas y llevarse a seres queridos para doblegar su soberbia.

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