EL MAL DE LA PANDEMIA NOS TRAE UN BIEN: FE

Reconozcamos que llevábamos mucho tiempo mirándonos el ombligo. El Universo parecía pivotar sobre nosotros. Y tan orgullosos que estábamos hasta que ha venido este invasor que se ha infiltrado entre nosotros, nos ataca sigilosamente y no lo podemos detectar. Guerra desigual. Mira por dónde volvemos a creer en lo que no se ve. Ocupadas nuestras defensas en la lucha contra el mal invisible, ahora somos libres para invocar al Bien invisible que no es una idea sino una Persona.

Cada mañana la primera oración de la Comunidad Cristiana es el salmo 94 que canta: “Si hoy escucháis su voz, no endurezcáis el corazón”.

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